Por Luz Bonadíes
Luminosa, ambiental, dulce, y a ratos ácida, es la propuesta musical de Uva, un proyecto experimental de rock alternativo que combina una estética muy marcada con letras y acordes de corte abstracto. Su nombre es producto del fetiche lingüístico de su autor, Raúl Altamar, cuya fijación con el idioma le llevó a resumir sus pasiones e íntimas vivencias en este corto pero delicioso vocablo.
Durante casi veinte años, Altamar ha recorrido los escenarios locales como baterista de diversas agrupaciones, entre las más populares Cabeza de Martillo (metal), Undercover (covers), Libertad Perdida (hardcore punk straight edge), Gran Soma (rock clásico), Cápsula (alternativo) y, actualmente, Raison (stoner rock). Todas con estilos y entregas diametralmente opuestas; hasta llegar a Uva, un espacio en el que finalmente ha podido saborear los placeres de las vocales.
Desde que la banda se formó, tres años atrás, su alineación ha cambiado tres veces hasta la actual, conformada por María Carolina Crespo en el bajo, David Diamond en la guitarra, y Emma Wong en la batería. Juntos, han aportado su estilo a las composiciones de Altamar, fundiendo sus influencias provenientes de Stereolab, Suede, Sonic Youth, Slowdive y Sundays, entre otros.
Su álbum debut “Entonces todos sabrán qué eres”, es una recopilación de nueve temas que han acompañado a la banda desde hace algunos años, y que finalmente han sido grabados en Red Lab Studios. Entre ellos, figuran sencillos como “Anhelo invasor”, uno de los favoritos de sus fieles fanáticos y el primer corte del disco. Las temáticas de las canciones oscilan entre sentimientos reales -propios o prestados- y realidades ficcionadas. Cada canto tiene una historia y hay un dolor narrado entre líneas, aunque también hay un gusto por la vida, el sexo y el amor. Y los fantasmas.
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